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14 Abr 2014

Un calendario de trabajo de 11 meses (II)

Un calendario de trabajo de 11 meses (II)

En este segundo capítulo, conoceremos en qué consiste la segunda fase de la temporada que queda totalmente condicionada por la competición

Una vez conocida en qué consiste la primera gran fase de la temporada, la denominada como periodo de invierno, que realmente, tal y como nos explicó Igor Makazaga en el capítulo anterior, abarca parte del otoño, invierno y primavera, es momento de saber más de la segunda y última fase de la planificación: el verano. Un periodo en el que el trabajo en el agua adquiere un protagonismo casi total, aunque sin descuidar tampoco el de tierra. "Si es necesario compatibilizarlo con trabajo en tierra, se hace. Porque está claro que cuando ya vas al agua, pierdes un poco el control individual del remero". Pese a ello, la tecnología facilita al entrenador este control que hasta hace poco era impensable. "Desde los clásicos pulsímetros, hasta sensores y acelerómetros que situamos en los toletes para medir la potencia de cada remero".

Otro de los temas que más inquietud suscita son los picos de forma, aquellos momentos de la temporada en los que, tras una preparación muy sistemática, el remero llega a su umbral máximo de forma. "Al final yo creo que la idea es ser regular al más alto nivel posible. Pero hay mucha competición y la Liga San Miguel tampoco te permite trabajar tanto entre semana y apostar tan fuertemente por unas fechas concretas". Una vez finalizado el periodo de competición llega la fase de descanso. "No les ponemos ningún plan, pero el propio deportista hace el suyo propia y en ese mes de descanso se conserva como lo que es: un deportista", concluye Igor Makazaga

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